La posición de Jake Morrison como Dom se ha visto profundamente sacudida
por su papel involuntario en la reciente muerte de su sumiso. Cuando se
le permite volver a entrar en la Langley’s Pleasure House, después de
una prohibición de seis meses, desea reparar el daño de cualquier manera
posible.
Sin embargo, la solicitud sorprendente del propietario del Club, para un
encuentro inesperado, pone a prueba la rectitud del propósito que se ha
marcado Jake. Éste está dispuesto a aprender, aunque la lección podría
no ser la que espera.
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