Cuando la compañía de Peter Carr lo envía al suroeste de Ontario,
para persuadir a un pueblo para que apruebe la propuesta de una cantera
de grava, Peter acepta con agrado el desafío. En realidad es abogado,
aunque la verdad es que es muy bueno resolviendo conflictos. Lo que no
se espera es que el problema real sea Caleb Sinclair, el apasionado pero
introvertido ebanista que vive al lado de la zona propuesta para la
cantera.
«Conoce bien a tu enemigo». Ésa es la filosofía de Caleb, y el
intento de convertir una tierra de cultivo fértil en una cantera hace
que Peter se gane el título de «enemigo». Caleb ama esa tierra y, si
tiene que hacer las paces con sus vecinos homófobos para así poder hacer
la guerra contra Peter, sin duda, lo hará. Pero conocer a su enemigo no
resulta como esperaba. Peter no es el monstruo del cuento de hadas:
quizás sea el primer paso hacia un «y fueron felices y comieron
perdices».
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