—¿Por qué no me llamaste? Riley cerró los ojos y gimió de nuevo porque entre la atención de Dane
su oreja y el movimiento lento que estaba haciendo contra la ingle de Riley,
apenas podía reunir un pensamiento coherente.— P-porque pensé que era
sólo un juego para ti, Pe-Pensé que estabas jugando conmigo. Yo no sabía si era de verdad —, admitió Riley.
—¿Qué tal esto…? —Dane curvó la mano alrededor del cuello de Riley y tiró de él hacia otro beso, este más devorador que el primero.
En el momento en que él se apartó de nuevo, el cuerpo de Riley vibraba, sus labios estaban hinchados y su pene dolía contra la cremallera de sus pantalones vaqueros ¿Se siente esto real? —Sí —exclamó Riley —¿Qué pasa con esto? —agarró la mano de Riley y la llevó a su entrepierna.
«Oh, Dios. Eso es definitivamente real». Riley casi llegó con la sensación del bulto grueso del otro hombre encerrado en los jeans ajustados,
se desvaneció debajo de la palma, la evidencia obvia que esta atracción era recíproca. Por puro instinto, apretó, y fue recompensado con un gemido bajo y los párpados de Dane se cerraron. Tenía la cabeza inclinada hacia atrás, su
larga y muy sexy garganta hizo agua la boca de Riley… casi tanto como el duro pene que respondía a su toque.
Jesús. Quería tocarlo. Realmente tocarlo. Sin barreras entre ellos.
Pero antes de que pudiera actuar, los ojos Dane se abrieron y él estaba besando a Riley de nuevo.
Esta vez no había vuelta atrás. Riley no sabía qué diablos estaba pasándole, ¿qué efecto tenía este hombre en él?
Sólo sabía que él lo deseaba, lo necesitaba, con una pasión y una audacia que le sorprendió…
su oreja y el movimiento lento que estaba haciendo contra la ingle de Riley,
apenas podía reunir un pensamiento coherente.— P-porque pensé que era
sólo un juego para ti, Pe-Pensé que estabas jugando conmigo. Yo no sabía si era de verdad —, admitió Riley.
—¿Qué tal esto…? —Dane curvó la mano alrededor del cuello de Riley y tiró de él hacia otro beso, este más devorador que el primero.
En el momento en que él se apartó de nuevo, el cuerpo de Riley vibraba, sus labios estaban hinchados y su pene dolía contra la cremallera de sus pantalones vaqueros ¿Se siente esto real? —Sí —exclamó Riley —¿Qué pasa con esto? —agarró la mano de Riley y la llevó a su entrepierna.
«Oh, Dios. Eso es definitivamente real». Riley casi llegó con la sensación del bulto grueso del otro hombre encerrado en los jeans ajustados,
se desvaneció debajo de la palma, la evidencia obvia que esta atracción era recíproca. Por puro instinto, apretó, y fue recompensado con un gemido bajo y los párpados de Dane se cerraron. Tenía la cabeza inclinada hacia atrás, su
larga y muy sexy garganta hizo agua la boca de Riley… casi tanto como el duro pene que respondía a su toque.
Jesús. Quería tocarlo. Realmente tocarlo. Sin barreras entre ellos.
Pero antes de que pudiera actuar, los ojos Dane se abrieron y él estaba besando a Riley de nuevo.
Esta vez no había vuelta atrás. Riley no sabía qué diablos estaba pasándole, ¿qué efecto tenía este hombre en él?
Sólo sabía que él lo deseaba, lo necesitaba, con una pasión y una audacia que le sorprendió…
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