Hay cosas más esquivas que el agua en esta tierra.
Ahora que una monstruosa máquina en Londres, parece que haya robado las nubes del cielo, Asher Connor sobrevive vendiendo sus habilidades como mercenario protegiendo los transportes de agua a través de los resecos páramos de York. Hasta que su unidad es atacada por una manada de lobos controlados por el pueblo de Los Domadores, y su ingenioso brazo biomecánico le falla.
Cuando recobra el conocimiento, se sorprende de continuar vivo y dependiendo de un encantador e indignantemente atractivo, habitante de los páramos.
El indómito Gabriel de ojos cobrizos, será la única esperanza de supervivencia para Asher, por lo menos hasta que encuentre a un técnico que pueda reparar su brazo. Renuentemente la confianza se transforma en deseo durante el transcurso de otro ataque del pueblo de Los Domadores, y la adrenalina hace que la lujuria arda como un reguero de pólvora.
Sin embargo, a pesar de la actitud aparentemente relajada de Gabriel, está peligrosamente concentrado. Cuando llegan a Londres, Asher solamente conoce una parte de la verdad. Su amante está conectado con algún tipo de movimiento clandestino que prepara algo grande. Tan grande, incluso como para hacer que Gabriel mantenga sus labios desesperadamente sellados.
Cuando la traición hace que el plan esté apunto de derrumbarse, Asher se ve inmerso en una batalla que no le corresponde, y si no consigue realizar la etapa final del plan, la sangre de Gabriel podría acabar manchando sus manos.
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