"Sólo la muerte no tiene
remedio", eso es lo que a Ryan le gustaría pensar con optimismo. Pero no
lo hace. El terrible accidente que ha conmocionado su vida y, según él,
horriblemente desfigurado su cara con una cicatriz, lo dejó amargado y
siempre a la defensiva. Hasta que conoce a Sean, un irlandés de sonrisa
fácil que no parece darse por vencido en su afán de arrancarle una
sonrisa. Mientras que Ryan es grosero y a veces torpe, Sean es paciente,
amable y abierto. Él tiene la llave para abrir el corazón de Ryan, pero
¿será suficiente para convencer a Ryan de volver a intentarlo?
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