Charles tiene la llave de la salvación, pero James tiene que decir que sí.James falló. Trató de ser lo que ellos querían. Trató de negarlo. Trató de ser un buen chico católico ... pero se ha convertido en demasiado. Él anhela dolor, sumisión. Se ha negado a sí mismo demasiado tiempo y lo está comiendo vivo.
Charles prospera con el intercambio de poder. Él sabe que el mundo gira en torno al control. Se da y se toma como moneda, en los negocios y en el placer. Sin embargo, no se apegará, o eso se dice, hasta que James ponga patas arriba su mundo. Es desafiante y sarcástico, pero Charles puede saborear la sumisión sobre él.
Todo lo que James tiene que hacer es decir una pequeña palabra.
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