Algo acecha entre las paredes de la casa que comparten Trevor Mathews y
su mejor amigo Merrick Taylor. Los mira a ellos y a sus amigos. Los
necesita. Conoce sus debilidades.
Trevor está enamorado de Merrick y no tiene valor para decírselo. La
relación de Merrick ya está fallando, pero él no cree que merezca lo que
realmente desea. Y la presencia oscura disfruta de su sufrimiento.
La entidad quiere explotarlos, empujar al novio de Merrick a ataques de
celos y posesividad, alentar a Trevor a evitar al hombre con el que ha
estado la mayor parte de su vida y frustrar a su amiga Tempest, quien
está cansada de saber que Trevor y Merrick son almas perfectamente
emparejadas, pero están demasiado asustados para intentarlo.
La entidad los necesita para luchar, lastimarse, gritarse el uno al otro
con enojo y dolor. Se nutre de su impotencia y apunta a sus
inseguridades. Y no se detendrá hasta que haya devorado su alegría,
destruido su esperanza y, finalmente, destrozado sus almas.
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