Cada hogar en los Estados Unidos ahora posee un housebot. Los robots han revolucionado la sociedad moderna, pero ¿fueron hechos para satisfacer todos los deseos humanos?Cuando su amigo, Mitchell, expresa interés sexual en su manbot, esto hace que Grey Benedict piense en su propio hotbot, Kavan, una potencia de seis pies y tres hecha para obedecer cada comando de Gray. Grey no quiere aprovecharse de una máquina, pero cuando Kavan deja claro que está dispuesto a servir a su dueño de todas las formas posibles, ¿qué se supone que debe hacer un hombre?
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