Livres

Caspian sintió un cosquilleo recorrer su espalda cuando los aromas de las flores exóticas y el agua salada asaltaron sus sentidos. Era la cosa más embriagadora que jamás había experimentado. El sonido de las olas era como una canción, y si sus amigos no lo hubieran estado acompañando, habría dejado caer sus bolsas y abalanzado hacia las olas. Así las cosas, tendría que esperar hasta que el grupo estuviera listo para ir a la playa.

Caminaron hacia la habitación y Cas no podía apartar sus ojos de la costa. Estaba feliz de que tuvieran una habitación frente a la playa. Caspian dejó caer sus bolsas en la cama y salió al balcón. La brisa agitó su cabello rubio como la arena, y él inhaló profundamente. La idea de que realmente podría respirar por primera vez se le había ocurrido a Cas cuando cerró los ojos y se relajó.

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