Era una pregunta extraña proveniente de un hombre extraño al final de un camino extraño en medio de un día realmente extraño:
—¿Juegas al ajedrez, Dan? —Lo más extraño de todo era que Dan estaba desnudo en ese momento, su coche se estropeó un par de millas atrás, sin ninguna esperanza de ser rescatado aparte de Patrick, el hombre que le pregunta por una partida de ajedrez. Aunque no todo es lo que parece, especialmente porque los jugadores de ajedrez más expertos siempre piensan en algunos movimientos por delante. Y, sin embargo, incluso cuando pierdes, aún puedes salir ganador, en más de un sentido.
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