Joey trabaja en Cutie Pies, la tienda para adultos más pequeña de Sydney. Después de que sus padres lo echaran hace años, la tienda fortuita se convirtió en su hogar lejos de casa y es el único lugar donde puede abrazar su yo extraño, peculiar y, bueno, a veces un poco incómodo.
Cuando Mick, un cliente nuevo en la ciudad, entra pidiendo un consolador, Joey piensa que todo es parte del trabajo del día. Excepto que los grandes ojos oscuros, la sonrisa tímida y los labios besables de Mick, junto con el consolador de veinticinco centímetros que compró, rápidamente le otorgan un papel protagónico en las fantasías nocturnas de Joey.
Joey no puede dejar de pensar en él, y las continuas visitas de Mick a la tienda hacen que sea aún más difícil de olvidar. Mick es tímido y dulce, pero también reservado e inseguro. A medida que los dos se acercan, Joey comienza a preguntarse qué es lo que realmente quiere Mick de él y si puede arriesgarse a enamorarse de alguien que podría no ser libre de amarlo.
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