Es sólo un día más en la tienda de dulces de Sherlock: una tarde tranquila gastada más en la lectura de su última novela de fantasía, que en la venta de dulces. La clase de día que ama, incluso si la víspera de Año nuevo que se avecina lo deja sintiéndose nostálgico y solitario. Y entonces, la última persona que esperaba volver a ver entró por la puerta de su tienda, y Sherlock se da cuenta de que algunas cosas no se desvanecen con el tiempo sino que se hacen más fuertes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario