Livres

Lo primero que notó Brian fue el mal sabor en su boca seca, como si un perro hubiese vaciado sus intestinos. Movió sus labios y aspiró aire para deshacerse de la vil sensación. Se dio cuenta de que estaba acostado e intentó sentarse, pero su cuerpo respondió con lentitud.

¿Qué?

Después de unos segundos de lucha, logró mover sus brazos y levantar los hombros, pero su frente chocó contra una superficie dura.

- ¡Ay! ¿Qué demonios? ⸺Brian murmuró con voz ronca. Intentó ver lo que golpeó, pero sintió que tenía los párpados cerrados -. ¿Por qué no puedo abrir los ojos?

Se dejó caer sobre los suaves cojines debajo de él y se frotó los ojos con sus manos letárgicas. Cuando se las arregló para abrirlos, miró hacia un panel de plexiglás a centímetros de su nariz.

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